martes, 22 de enero de 2008

- Beto Cañas y el carretillo de mociones

CHISPORROTEOS 3003 caracteres
Columna de Alberto F. Cañas
16 ro 08
2947 caracteres
No hay un tèrmino en el amplísimo diccionario de la lengua castellana que haya ilusionado màs a los partidarios y beneficiarios del "domingo siete" y el
"sì, señor". que la palabra carretillo, aunque tenga en él una acepción distinta de la que se encuentra en el de costarriqueñismos.
.----------
Y es que en un carretillo tuvieron que llevar a plenario las copias, para cada diputado, de las mociones que la oposición ha presentado sobre algunos de los proyectos llamados de implementación.
.-----------
Comienzo por decir que toda esa papelería se pudo economizar, si mi amigo don Tony Pacheco hubiera resucitado La Gaceta Legislativa que fundé en 1994 a mi paso por la Presidencia de la Ásamblea, para que se publicaran las actas (secretas desde 1958), proyectos, dictàmenes, mociones yt demás documentos de interés legislativo, y que don Luis Fishman cancelò cuando llegò a ese mismo puesto sin decir agua va ni dar razones.
.-----------
Ahora bien, Epsy Campbell, en la entrevista que le hizo este mismo periódico, explicó por qué los diputados de oposición (no solo los del PAC) han presentado tantas mociones, a lo mejor muchas de ellas intrascendentes.
.---------
Ello se debe al empeño del oficialismo, de que esos proyectos no se discutan. Podrìan, si no querìan sesiones muy largas, haberlos explicado y polemizado sobe ellos en la prensa, pero ningùn diputado gobiernista, que yo sepa, ha participado en discusiones sobre ellos. Ademàs, las razones que los diputados de oposiciòn tengan para oponerse a los benditos proyectos, para quererlos reformar o para pedir que sean sustituidos por otros sobre igual tema pero màs satisfactorios, no es muy seguro que habrìan encontrado ("siempre las espantosas razones de falta de espacio") suficiente campo en los periódicos.
.---------------
En todo caso, los diputados de oposición han querido discutirlos en serio. Y los gobiernistas, que salgan a la carrera, llegando al extremo de reformar el reglamento legislativo para procurar una tramitación con la velocidad de la luz. Y en esa premura, limitaron reglamentariamente a tres minutos lo que un diputado pueda decir sobre su mociòn.
.--------
Consecuencia lògica: si el diputado intentaba, podìa, y quería hablar treinta minutos sobre un tema específico (cosa cotidiana en los cuerpos legislativos que se respetan a sí mismos), no le quedó màs remedio que presentar diez mociones, sobre èl y hablar diez veces durante tres minutos cada vez. A eso condujo el afán oficialista de que el debate sea lo más escueto posible y que no se digan allí demasiadas cosas que el bloque gubernista no se siente preparado para rebatir.
.---------
Hubo que presentar centenares de mociones, si el diputado quería hablar lo que normalmente ha podido hablar sobre asuntos importantes. Y hubo que traer las copias para cada diputado en carretillo, porque no se les ocurrió resucitar La Gaceta Legislativa,
.---------
La explicación de Epsy Campbell no pudo ser más clara y contundente. Y es que si un diputado siente que le están cercenando sus derechos, tiene la obligación de recuperarlos por cualquier medio decente y legal que tenga a mano. En un parlamento normal y democràtico, se habla, se discute, y es inmoral que para sacar adelante alguna tesis que no ha sido muy claramente del conocimiento público, se empeñen algunos, con el apoyo inevitablemente de las machacas mcarthyistas, en que se silencie a la oposición.


Enviado por_Colaborador_JMF.

No hay comentarios: