domingo, 11 de noviembre de 2007

- Evacuación de diputados y administrativos: un caos


Poco más de 100 personas reclamaron a los diputados por la Agenda de Implementación del TLC, llevando insultos y gritos en medio del caos por la amenaza de bomba.


Asamblea sitiada por amenazas y desorden

A las 3.50 de la tarde una llamada telefónica notifica sobre una bomba en la Asamblea Legislativa, más tarde el viceministro de Seguridad, Rafael Gutiérrez, confirma que la llamada salió de Barrio Cuba.
El movimiento en el Congreso empieza a volverse sospechoso, los diputados ignoran la situación, poco a poco se empieza a correr el rumor.

Este toma fuerza, y algunos de los legisladores salen en tropel del salón Plenario, unos caminan en una dirección y otros en otra, nadie da órdenes claras, solo se sabe una cosa, hay una amenaza de bomba, no es un simulacro, es real.

Los legisladores se desbocan, hay visitantes en los despachos que lentamente son sacados del edificio, un grupo de manifestantes se aglutina en las afueras de la Asamblea y adentro del Plenario, como por arte de magia, el Viceministro de Seguridad aparece junto al presidente de la Asamblea, Francisco Antonio Pacheco, quien minimiza la situación.

Se llama a los equipos especiales, se da la orden de evacuar el edificio y ahí, en medio del barullo, empieza el desorden.

Los manifestantes en las calles empiezan su alboroto. De pronto, una serie de funcionarios con chalecos distintivos empiezan a ordenar a los empleados, visitantes y diputados.

Algunos no dan crédito a lo que escuchan, otros deambulan perdidos sin encontrar la salida correcta.

Los manifestantes circulan cerca del Congreso, sobre el bulevar contiguo a uno de sus edificios, los diputados salen en desorden y son encarados.

Las críticas afloran, los esfuerzos no son suficientes, describir cómo mil personas salen a paso lento entre el miedo y la incredulidad deja en la imaginación del lector un cuadro que raya entre lo patético y lo preocupante.

Mientras unos ujieres indican que la salida es por el sector norte, otros los redirigen al citado bulevar, ahí los manifestantes se confunden con diputados y evacuados, la bomba no estalla, los perros especiales no se ven, la gente sigue deambulando, la seguridad es objeto de críticas de parte de Carlos Gutiérrez, Lorena Vásquez, Elizabeth Fonseca y Luis Barrantes.

Los miembros del directorio legislativo tratan de defender las acciones tomadas, aseguran que no cuentan con los recursos necesarios.

El Viceministro de Seguridad comenta que la situación está controlada, no hay bomba, pero los diputados y los funcionarios están sitiados.

Poco más de un centenar de manifestantes se han acercado a gritar consignas, los ánimos se exaltan, señalan con el dedo, la extraña evacuación se vuelve un acto torpe de intento de reacomodar a mil personas en el viejo y ruinoso edificio Sión, si no hubo 500 muertos ayer es porque Dios es piadoso y la estructura aguantó.

Recordemos que este edificio está en estado ruinoso y es uno de los problemas estructurales de la Asamblea Legislativa.

Ahora quedaba la manifestación, decenas y decenas de policías empezaron a aparecer, los diputados fueron evacuados lentamente.

El Viceministro de Seguridad y el director administrativo del Congreso, Antonio Ayales, comentaron que se tomarían las medidas para que los legisladores llegaran bien a sus casas, o donde fuera que pasarían la noche, ya que había “amenaza de serenata”, donde manifestantes contra el TLC planeaban ir con tapas y ollas a perturbar a los legisladores.

Los diputados de la coalición de los 38 se lamentaron de estas amenazas, pero insisten en no tener miedo y en seguir adelante con la Agenda de Implementación del TLC.

“Aquí nadie tiene miedo, seguiremos con el compromiso, con el pie en el acelerador”, dijo Lorena Vásquez, jefa de bancada del PUSC.

Incluso la legisladora dirigente del PAC, Elizabeth Fonseca, comentó que la amenaza de bomba podía ser una medida para boicotear la agenda y espera que todo vuelva a la paz.

...enviado por Colaborador-JMF.

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