martes, 6 de noviembre de 2007

- OLIVIER JIMENEZ : EL DIPUTADO CHUCHINGA

El diputado por Puntarenas del Partido Liberación Nacional, Olivier Ibo Jiménez Rojas, dijo desde su curul refiriéndose a una dama que se manifestaba pacífica y respetuosamente en las barras de la Asamblea que “esa vieja vagabunda debería irse a su casa a rezar el rosario”. La diputada liberacionista doña Ofelia Taitelbaum, creyendo que su micrófono estaba apagado, dijo muy divertida: “lo de Olivier estuvo simpatiquísimo cuando le dijo a la señora que lo mejor es que estuviera con el rosario en la casa…”
Es la segunda vez que debo salir en defensa de una distinguida dama y educadora costarricense injuriada y humillada por un diputado de Liberación Nacional. Ya tuve que levantar mi voz de protesta ante los insultos calumniosos que le dirigió el célebre diputado Tinoco a doña Hilda Chen. Ahora debo salir en defensa y desagravio de doña Miriam Zamora. Esta educadora pensionada de 85 años, alumna distinguida de Jorge Volio y Abelardo Bonilla, crió sola a sus cuatro hijos profesionales y sirvió con dignidad al país como profesora del Liceo San José, asesora en el Ministerio de Educación, funcionaria técnica en la CCSS y directora del antiguo Reformatorio San Dimas. Ejerció sus deberes políticos de ciudadana militando en el Partido Liberación Nacional y actuando activamente en la primera campaña de Daniel Oduber. Fue miembro distinguido del Movimiento de Apoyo a Pueblo Unido, junto al inolvidable Alfonso Trejos, discípulo de Clodomiro Picado, y hoy dedica su vida con todo derecho y dignidad a luchar contra el TLC.

No quiero que un hombre machista, que no respeta a una mujer idéntica a su propia señora madre, como el diputado Jiménez, me represente a mí. Ni yo, ni la inmensa mayoría de los varones costarricenses que respetamos a las mujeres de toda condición, credo religioso o profesión política, podemos ser representados por ese señor, que avergüenza a la noble provincia que dice representar. Él nos avergüenza también a los varones ticos y a las mujeres de su propia familia, al exponerlas con su conducta a que otros hombres se sientan con igual derecho a maltratarlas y humillarlas como él hizo con doña Miriam. Si alguno de esos señores que se sientan en curules que deshonran vuelve a insultar a una dama costarricense desde el Plenario, iré solo o con otros caballeros ticos a defenderlas,
porque ellas tienen compatriotas que las respaldan.

Me resulta doloroso como hijo de una señora de origen judío sefardita, que una dama judía a quien he respetado siempre como doña Ofelia Taitelbaum celebrara regocijada la burla que hizo ese señor Jiménez de la confesión religiosa católica y de la plegaria mariana del rosario. ¿Le hubiera gustado a doña Ofelia que, desde una curul, un diputado le gritara que se fuera esa vieja judía polaca vagabunda a rezar a la sinagoga y a leer el Tanaj?
Ya veo que don Óscar Arias y el Partido Liberación Nacional tienen una gran habilidad para relegar a los mejores ciudadanos y partidarios, y ubicar en los puestos públicos a lo peor de la corte de espíritus pequeños, corruptos y vividores. Solo así se explica que, en menos de dos años, este gobierno haya tenido que enfrentar el escándalo por acoso sexual del señor Tinoco, la detención por manejar en ebriedad de un alto dirigente de Liberación Nacional, la renuncia del Vicepresidente y la vergonzosa falta de dignidad del diputado Fernando Sánchez, que se aferra a su curul por ser miembro de la familia imperial. A mí no me parece una vagabundería, sino un acto de dignidad y de valentía patriótica de doña Miriam, pedir con un cartelito en las barras de la Asamblea la renuncia del diputado Sánchez.
Sí me parece una vagabundería y un deshonor que los 25 diputados de la fracción liberacionista y la jefa del PUSC se ausentaran de la Asamblea Legislativa para salir a hacer campaña a favor del TLC, dejando paralizados el plenario legislativo y las comisiones, y que el presidente Pacheco pasara lista ridículamente de un plenario vacío.
Ellos clausuraron el Congreso de la República durante varios días y nadie lo notó. Ahora que están tan apurados para enmendar la estupidez de hacer un referéndum de un expediente que no sirve sin las 13 leyes, podrían cerrar las barras de manera permanente, ya que no les interesa la opinión del pueblo que representan. Podrían irse para sus casas sin que nadie lo note. Podrían meter todas las 13 leyes en un solo paquete y aprobarlas sin trámite, ni lento ni rápido, o promulgarlas como un decreto ejecutivo y se acabó la vaina.

Los costarricenses sabremos qué es lo que tendríamos que hacer para restablecer la democracia representativa y parlamentaria en nuestra patria. ¡Allá ellos!


• Artículo publicado en la Prensa Libre, por el Catedrático Dr. Francisco Escobar.

…enviado por Alvaro.

No hay comentarios: